El Director de Orquesta            

El Director de Orquesta, a menudo llamado también Maestro, es la figura de referencia en un coro, una orquesta o en general en cualquier grupo de músicos.
Su tarea consiste sobre todo el crear la coordinación de los músicos entre ellos, indicando el tiempo, las diferentes entradas de los mismos, la dinámica (o sea la capacidad de tocar más suave o más fuerte) etc. Tambien aclara a los cantantes, solistas e instrumentistas el contenido y la impostación general del tabajo musical. Entre sus funciones también se encuentra la de dirigir los ensayos y tomar todas las decisiones necesarias desde un punto de vista musical, "interpretando" la obra musical. Además, si no existe una dirección artística, el director también elige el repertorio que ha de interpretar la orquesta.

El trabajo del Director como lo conocemos hoy tomó su forma alrrededor del siglo XIX.
Hasta ese momento las orquestas eran dirigidas generalmente por el compositor de la obra que se ejecutaba y en general lo realizaba desde el clavicémbalo. En ausencia del compositor la dirección de la orquesta estaba a cargo del clavecinista o del primer violín, colocando sobre su propio atril una pequeña partitura condensada en la cual se indicaba cuales eran las principales líneas de la melodía y un acompañamiento.
Al aumentar la complejidad de las obras y el número de músicos que participaban en ellas, fue necesario introducir la figura de un músico que no tocase ningún instrumento para poder ocuparse solamente de la concertación y la coordinación de los intérpretes, leyendo una partitura completa y dando a los músicos indicaciones gestuales, verbales y auditivas.

Entre los primeros directores de orquesta famosos encontramos a Louis Spohr, Carl Maria von Weber y Felix Mendelssohn. también fueron grandes directores Hector Berlioz y Richard Wagner, que además fueron los primeros en escribir ensayos dedicados a la dirección de orquesta.


El primer director de orquesta famoso fue sin duda Jean-Baptiste Lully, quien fue también el primero en morir ejerciendo esta profesión. Lully marcaba el tiempo golpeando con un bastón muy largo el piso del escenario como se usaba en esa época. En una descuido se hirió el pie cuando dirigía y su herida degeneró en una tremenda infección.
Cuando los médicos le sugirieron que para salvarse deberían amputarle el pie, prefirió probar con los remedios de un charlatán que obviamente lo condujeron rapidamente a la muerte.